LA MATERNIDAD ME RECONFIRMÓ QUE LOS SUEÑOS NO SE DETIENEN; SE TRANSFORMAN

Cuando Luca André nació, hace seis meses, también nació en mí una fuerza distinta. Una mezcla de amor, ternura y determinación que me acompaña cada día. La maternidad me regaló una plenitud que nunca imaginé y, con ella, una claridad profunda sobre quién soy y hacia dónde quiero ir diariamente.

Mi familia se convirtió en mi motor para reinventarme, crecer y mantenerme firme en cada proyecto que desarrollo. Ellos son la razón por la que despierto con más ganas de crear, de mejorar y de dar lo mejor de mí.

Guatemala ha sido el escenario perfecto de esta etapa. Un país que, con todos sus contrastes, me ha enseñado que también aquí podemos realizarnos como mujeres, como mamás y como profesionales. He aprendido que no se trata de elegir entre mi hijo, mi familia o mis metas… sino de avanzar con ellos. De     inspirarlos todos los días a estar más unidos, a trabajar en   equipo para dejar un legado positivo.

“La maternidad me reconfirmó que los sueños no se detienen; se transforman”. Todo lo que he construido tiene hoy un propósito más grande. Cada idea, cada decisión y cada paso que doy en mis empresas y en los nuevos proyectos que se están trabajando, llevan el rostro de mi familia y la inspiración de mi país.  Porque si antes tenía fuerza ahora tengo fuego en mi alma,  reflejo que se verá en lo que viene.

Como mujeres empresarias en Guatemala, sabemos que nada es sencillo, pero también sabemos algo importante: sí es        posible. Este país abre oportunidades cuando tenemos la  valentía de buscarlas, de insistir y de creer en nuestros  negocios, sueños y empresas.

Hoy me siento más fortalecida que nunca de seguir construyendo, soñando y trabajando por lo que amo. Lo hago con el corazón puesto en mi familia, por las personas de mi país, con decisiones orientadas a aportar positivamente a Guatemala y con la mirada firme hacia el futuro.

Estos seis meses me enseñaron que la verdadera fortaleza nace del amor.
Cuando hay amor, hay vida. Y cuando hay vida, siempre habrá sueños por cumplir.

Porque cuando nace un hijo, nace una familia por consecuencia; nace una mujer más valiente, más emprendedora y más consciente del legado que quiero dejar:

Por mi familia, por Guatemala.
por los proyectos que se están construyendo.

Guatemala es hoy el escenario perfecto para presentar esta energía y estos proyectos que iluminarán nuevos negocios y proyectos enfocados en la niñez y generar oportunidades para el país.

GUATEMALA TIERRA LINDA

He reafirmado en este tiempo que la vida siempre nos va a sorprender y tenemos que estar preparados para saber improvisar. El mundo pondrá a prueba nuestra capacidad para crear nuevos caminos, adaptarnos a los tiempos, superarlos y darnos cuenta de nuestro liderazgo. Estas pruebas solo fortalecerán o establecerán nuestra esencia, nuestras metas, nuestros sueños y nuestros valores.

Hoy vivimos entre mascarillas, con alertas constantes que nos mantienen atentos al distanciamiento social, al aislamiento y a la prevención. Todo esto es válido, porque vivimos una crisis mundial de salud y más cuando esta crisis es una pandemia que reafirma nuestras prioridades en la vida… ¡Interesante manera de aprender! 

Por eso escribo estas palabras que salen de mi corazón, en medio de todo ese bombardeo diario de información que nos puede hacer olvidar todo lo bello que hoy tenemos. Cada quien sabe exactamente cuáles son sus prioridades y el centro de su vida, haciendo que hoy nos mantengamos despiertos, vivos, radiantes, como lo puede ser; nuestra familia y nuestros seres queridos. Aparte de eso personal que nos hace vibrar diariamente existe otra razón para complementar esa prioridad y me refiero a este lugar físico que nos da la oportunidad de realizarnos, crear, construir y hacer vida permitiéndonos florecer todos los días. Estoy hablando de nuestra patria, nuestra tierra, nuestra nación, nuestra “Guatemala tierra linda”.

Hoy estamos en el mes patrio celebrando la independencia de nuestro país. Estoy consciente de la complejidad política que nos rodea diariamente. Pero también estoy consciente que somos más los guatemaltecos que estamos luchando honradamente para hacer historia. Que contra capa y espada defendemos la libertad por construir a nuestro alrededor valores en democracia como: la honradez, la lealtad, la justicia, la responsabilidad, la integridad, el respeto, entre otros. Saben algo vivir así: ¡No tiene precio en la vida! Y solo tenemos la dicha de disfrutarlo los que luchamos, nos esforzamos cada día para vivir en verdad.

Por este motivo quiero agradecer a cada guatemalteco trabajador que ha sabido superar las pruebas de la vida con dignidad y honor. Gracias a todos los profesionales que en los momentos de crisis de este año demuestran con su trabajo y/o sus nuevos emprendimientos que Guatemala es el país de las oportunidades y que Guatemala siempre sale adelante, nunca se queda atrás. Gracias a todos los niños, niñas y adolescentes del país que han sabido seguir instrucciones construyendo una generación de orgullo. Gracias a nuestros adultos mayores por ser la experiencia de vida que forjan nuestro camino y gracias a todos los pequeños, medianos y grandes empresarios que se adaptaron al cambio y mantienen firme este país conservando lo más importante que hoy tenemos: “Nuestra gente”.

Usted, tú, vos, como decimos en el buen chapín: «Gracias por seguir creyendo y construir una vida de honor en nuestra»

¡Guatemala tierra linda!

Fé, Excelencia y Pasión